¿Tienes migrañas y no sabes cómo controlarlas?
Las migrañas y la nutrición están muy relacionados entre sí.
Los síntomas clínicos de la migraña son influenciados por el factor dietético en gran medida, además de por supuesto, factores genéticos y ambientales. Aunque existen muchos tipos de migraña, las investigaciones actuales avalan que existe la posibilidad desde el punto de vista de la alimentación, que se pueda atenuar la sintomatología que causan.
¿Qué es la migraña? ¡No es simplemente un dolor de cabeza!
Es un desorden neurológico bastante común, que se expresa con dolor de cabeza pero de forma intensa que afecta transitoriamente la función motora del organismo. Es un estado de gran malestar y puede complicarse con síntomas gastrointestinales como nauseas, vómitos, pérdida del apetito y otros trastornos como fotosensibilidad por varios días luego de que el síntoma principal fuere erradicado.
El mecanismo mayormente conocido causante de todo el problema es la activación del sistema trigémino-vascular debido a que sustancias pro inflamatorias comienzan a circular por el torrente sanguíneo y cuando llegan a los vasos más pequeños como los cerebrales generan estrés oxidativo y se desencadenan los síntomas que caracterizan la migraña.
Desde el punto de vista nutricional, se han reconocido algunos alimentos como potenciadores de la migraña aunque ciertamente existe una variación en cada individuo ya que según cada uno, la brecha entre el consumo del alimento o ingrediente potenciados y el momento de inicio de los síntomas puede ser mayor, menor o inmediata.
¿Cuáles son estos alimentos identificados?
Es un tema de amplio espectro de investigación ya que para muchos tipos de migrañas aún existen preguntas sin contestar por parte de los científicos. Pero está comprobado que alimentos como: tomate, cebolla, café, cafeína contenida en otros alimentos y bebidas diferentes al café, productos lácteos, bebidas alcohólicas, frutas cítricas y nueces, son potenciadores en su mayoría de síntomas migrañosos. Además, la hidratación es básica para poder contrarrestar el inicio.
Los alimentos representan una fuente de energía para el cerebro y por supuesto para todos los órganos, sobre todo si son carbohidratos. Sin embargo, en estos casos se debe tener mayor cuidado en el tipo de carbohidrato que se va a consumir ya que alimentos como la sandía el arroz y banana podrían conducir a un aumento de riesgo de una crisis migrañosa, debido a su elevada cantidad de frutosa y glucosa, carbohidratos de rápida absorción que según estudios donde se han disminuido de las dietas diarias en estas personas, se ha observado una mejoría.
Sin embargo, no sólo se trata de eliminar todos los alimentos, debemos ser amables con nosotros mismos y tenemos que tratarnos bien. ¿Qué significa esto? Es aquí donde se unen la nutrición y la filosofía del estar bien y de sentirse bien.
Para entender esto, quizás existan mucho escepticismo pero es la realidad. Usualmente para tratarnos somos un poco ariscos y sufrimos al eliminar o tratar de huir de ciertos alimentos, lo que nos genera frustraciones. Es por ello, que gracias a todos los avances científicos podemos dar una mirada hacia la microbiota intestinal.
La microbiota intestinal, tal como he comunicado en otros artículos, es fundamental para generar y garantizar un estado de bienestar interior donde todas las células del cuerpo funcionen de forma amena y la inflamación no sea el causante de muchos malestares, incluidos la migraña. Hay que saber además, que lograr un balance en la microbiota nos ayuda a mejorar el estado interno y por ende el estado mental generando un círculo POSITIVO y no vicioso para nosotros.
La meta en la que debemos enfocar nuestras acciones es disminuir la inflamación a través de mejorar la microbiota intestinal. A través de la eliminación de algunos alimentos que según nuestra nutrigenómica nos generan daños, a través de la implementación e incorporación de otros alimentos que nos dan bienestar como probióticos y prebióticos podemos acercarnos más hacia una microbiota intestinal saludable y así a nuestro estado físico y mental deseado: la felicidad.
Fuente: Nutrients / The Journal of Headache an Pain. 2019
Artículo escrito por Valentina Velasco.