Si bien actualmente no existe suficiente data sobre la interacción de nutrientes y el coronavirus (COVID-19), sabemos que en líneas generales para aumentar nuestra inmunidad en contra de infecciones, debemos mantener higiene personal, ingesta adecuada de nutrientes y un estilo de vida saludable.
Por otro lado, la presencia de comorbilidades asociadas en un individuo que contrae COVID-19 indica un pronóstico reservado. ¿Cuáles podrían ser las comorbilidades que disminuyan el chance de vivir en un paciente que contrae COVID-19? Pues, las más comunes son: diabetes, hipertensión, enfermedad coronaria (infartos previos, prolapso valvular, entre otros), obesidad, cáncer, afecciones hepáticas y respiratorias de base como asma bronquial.
La obesidad es una enfermedad inflamatoria crónica de bajo grado, lo que significa que es un estado que se caracteriza por incremento de la secreción de citoquinas proinflamatorias desde el tejido adiposo y conjuntamente, infiltración de leucocitos causando resistencia a la insulina y contribuyendo con el desarrollo de desórdenes metabólicos como la hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades coronarias. Entonces podemos entender a partir de esta aseveración, que la obesidad podría ser el punto crítico en cuanto a la morbilidad y mortalidad relacionada al COVID-19.
El COVID-19 se caracteriza por presentar lo que conocemos como “tormenta de citoquinas” por supuesto, proinflamatorias, que empeoran cualquier estado de salud que ya está previamente afectado por las enfermedades antes descritas porque potencializa agresivamente dichos estados, provocando un hipercatabolismo que el cuerpo no logra superar a pesar de sus infinitos mecanismos de defensa, hecho el cual cabe destacar que contribuye al estado de alerta en el que se encuentra el organismo y empeoraría en cierto punto el estado crítico del paciente.
Contar con una nutrición óptima viene a ser de gran importancia desde que la obesidad se convirtió en pandemia y hoy más que nunca para disminuir el riesgo de contagio y mortalidad por COVID-19. Actualmente se están realizando millones de investigaciones con respecto a la nutrición y en cómo puede ayudar a mejorar los síntomas que genera el virus, pero lo que sí sabemos es que es mejor tener menor cantidad de factores potencializadores y si la nutrición puede ayudar, ¿por qué no tomar la decisión ahora? Evitemos ser parte de las estadísticas de ésta nueva pandemia y mejoremos nuestra salud, ¡elijamos sentirnos mejor!
Fuentes: Scholars Journal of Applied Medical Sciences / Spandidos Publications, Molecular Medicine Reports.
Artículo realizado por: Valentina Velasco.